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El poder de la oración
En la vida, es difícil explicar el poder tan grande que tiene la oración y el llevarle la palabra de Dios a otras personas; son dos de los instrumentos más poderosos que el ser humano puede tener. Para muchos resulta difícil de entenderlo, porque no lo han experimentado. Para otros les es difícil explicarlos porque las cosas grandes de Dios son inexplicables.
El poder de la oración no fluye de nosotros; no son las palabras especiales que decimos o la manera especial de expresarlas, ni siquiera la frecuencia con que las decimos. El poder de la oración no se basa en la dirección hacia la cual nos inclinamos o en cierta postura de nuestro cuerpo. El poder de la oración no proviene del uso de artefactos o símbolos o velas o rosarios. El poder de la oración viene del omnipotente que escucha y contesta nuestra oración.
La oración nos pone en contacto con el Dios Todopoderoso, y debemos esperar poderosos resultados, ya sea que Él decida conceder nuestras peticiones o no. Cualquiera que sea la respuesta a nuestras oraciones, el Dios a quien oramos es la fuente del poder de la oración, y Él puede respondernos y lo hará, de acuerdo a Su voluntad y tiempo.
Elías era un hombre con debilidades como las nuestras. Con fervor oró que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio. Volvió a orar, y el cielo dio su lluvia y la tierra produjo sus frutos.
(Santiago 5:17-18) No necesitas ser alguien muy espiritual para orar y recibir respuesta. Elías era una persona normal, como tú y como todos nosotros. Él oraba con fe y Dios respondía. Sigue su ejemplo: ora y ten fe. Dios te escucha y responderá.