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San Pancracio, patrón contra los falsos testimonios
El 12 de mayo la iglesia conmemora el Día de San Pancracio. Este santo nació en Frigia, provincia romana de Asia Menor. Su padre era un noble pagano llamado Cleonio que falleció cuando el niño tenía siete años. Pancracio fue a vivir con su tío paterno, Dionisio, quien fue un excelente modelo. Se trasladaron a Roma cuando el niño tenía diez años.
Se convirtió a la fe y fue martirizado al día siguiente de su bautismo, rechazando premios y ayudas para el futuro si renegaba de su fe. Luego de dar las gracias a sus verdugos, no dudó en sacrificar su juventud para mantenerse fiel a Cristo.
El emperador Diocleciano decretó una persecución (la última del imperio romano) contra el cristianismo. Al poco tiempo, Pancracio fue denunciado al emperador, quien conocía a su difunto padre. Le dijeron "El hijo de Cleonio de Frigia se ha hecho cristiano y está distribuyendo sus haciendas entre viles personas; además, blasfema horriblemente contra nuestros dioses". Diocleciano mandó llamar a Pancracio y conversó largo tiempo con él, tratando de persuadirlo a que renunciase a Jesucristo. Al no lograrlo le condenó a muerte.
En el lugar del martirio, Pancracio se arrodilló, levantó los ojos y las manos al cielo, dando gracias al Señor porque había llegado a ese momento. Le cortaron la cabeza. Por la noche una noble señora llamada Octavila hizo recoger su cuerpo, lo embalsamó, lo amortajó con un lienzo precioso e hizo que lo enterraran en un sepulcro nuevo, cerca del lugar del martirio.
El Papa Vitaliano envió sus reliquias desde el cementerio de Calepodius en Roma a Inglaterra para evangelizar y para instalar en los altares. San Agustín de Canterbury dedicó la primera Iglesia de Inglaterra a San Pancracio.