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Virgen de la Altagracia: Pídele amor fraternal

Virgen de la Altagracia: Pídele amor fraternal

Reina y protectora del pueblo dominicano. Cada 21 de enero, se conmemora su día, por tener la gracia más alta otorgada a un ser humano: ser la madre de Dios.

María de la Altagracia lleva los colores de la bandera dominicana, anticipando así la identidad nacional.  Su cabeza, enmarcada por un resplandor y por doce estrellas, sostiene una corona dorada colocada delicadamente, añadida a la pintura original.  Un poco retirado hacia atrás, San José observa humildemente, mirando por encima del hombro derecho de su esposa y al otro lado la estrella de Belén brilla tímida y discretamente.

La imagen de Nuestra Señora de la Altagracia tuvo el privilegio especial de haber sido coronada dos veces. La primera, el 15 de agosto de 1922, en el pontificado de Pío XI. Y la segunda por el Papa Juan Pablo II, durante su visita a la isla de Santo Domingo, el 25 de enero de 1979, cuando coronó personalmente a la imagen con una diadema de plata sobredorada, regalo personal suyo a la Virgen, primera evangelizadora de las Américas. Juan Pablo II también visitó a la Virgen en su basílica en Higüey.

Enciende una vela en su honor y realiza la siguiente oración:

Oh Señora y Madre mía de la Altagracia.
Con filial cariño vengo a ofrecerte en este día
Cuanto soy y cuanto tengo. Acepta, Madre este don
Que te ofrenda mi cariño y guárdame como a un niño,
Cerca de tu corazón. Que yo sepa ser tu hijo,
Que sienta que tú eres mi madre. En la dicha, en la aflicción
“Mírame con compasión, no me dejes, madre mía”.
Amén.

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