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Día de San Pedro y San Pablo, Apóstoles
El 29 de junio se celebra la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, este día se conmemora a los dos Apóstoles más grandes y reconocidos de la religión cristiana que, con inmensa fe y amor a Jesucristo, anunciaron el Evangelio en Roma, donde, en tiempo del emperador Nerón, fueron martirizados; San Pedro, crucificado cabeza abajo y sepultado en el Vaticano, y Pablo, degollado y enterrado en la vía Ostiense.
Se dice que estos Apóstoles son las dos columnas edificadoras de la fe cristiana, pues dieron su vida por Jesucristo y extendieron su palabra por el mundo. En 2015, el Papa Francisco manifestó que San Pedro, San Pablo y la Virgen María “son nuestros compañeros de viaje en la búsqueda de Dios; son nuestra guía en el camino de la fe y de la santidad; ellos nos empujan hacia Jesús para hacer todo aquello que Él nos pide”; explicó, además, que: “la gloriosa herencia de estos dos Apóstoles es motivo de espiritual orgullo para Roma y, al mismo tiempo, es un reclamo a vivir las virtudes cristianas, en modo particular la fe y la caridad: la fe en Jesús como Mesías e Hijo de Dios, que Pedro profesó primero y Pablo anunció a la gente; y en la caridad, que esta Iglesia está llamada a servir con un horizonte universal”.
San Pedro.
Su nombre real era Simón, pero Jesús lo llamó Cefas que significa ‘piedra’ haciendo alusión a que sobre él edificaría Su Iglesia, por eso, es conocido como Pedro. Era pescador y Jesús lo llamó a ser pescador de hombres para darles a conocer el amor de Dios y el mensaje de salvación, convirtiéndolo así en uno de los doce Apóstoles. Pedro era de carácter fuerte e impulsivo, razón por la cual no comprendió a Cristo cuando habló de sacrificio, cruz y muerte y decidió proponerle huir de ese destino. Le prometió que nunca lo negaría, tan sólo unas horas antes de negarlo tres veces. Pidió ser crucificado de cabeza, porque no se sentía digno de morir como su Maestro. San Pedro escribió dos cartas o epístolas que forman parte de la Sagrada Escritura.
San Pablo.
Tenía por nombre Saulo. Era un fariseo muy estricto, por lo cual, estaba comprometido con su fe judía; esto lo hacía odiar la nueva religión cristiana y combatió contra ella persiguiendo cristianos. Sin embargo, un día en el camino a Damasco se le apareció Jesús en medio de un gran resplandor, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos de los Apóstoles 9, 1-9.20-22.). Con esta frase, Pablo comprendió que Jesús era el Hijo de Dios y que al perseguir a los cristianos perseguía al mismo Cristo. Después de este acontecimiento, empezó a predicar a favor de Jesús, diciendo que era el Hijo de Dios, se cambió el nombre a Pablo y fue a Jerusalén para ponerse a la orden de San Pedro. Llevó el Evangelio por todo el mundo mediterráneo. Escribió catorce cartas o epístolas que forman parte de la Sagrada Escritura.
Oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo
¡Oh Santos Apóstoles Pedro y Pablo!
Yo los elijo hoy y para siempre por mis especiales protectores y abogados;
y me alegro humildemente tanto contigo, san Pedro, príncipe de los Apóstoles,
porque eres la piedra sobre la cual edificó Dios su Iglesia;
como contigo, san Pablo, escogido por Dios
para vaso de elección y predicador de la verdad en todo el mundo.
Alcánceme, les suplico, una fe viva, una esperanza firme y una caridad perfecta;
atención en el orar, pureza de corazón, recta intención en las obras,
diligencia en el cumplimiento de las obligaciones de mi estado, constancia en los propósitos,
resignación a la voluntad de Dios y perseverancia en la divina gracia hasta la muerte;
para que, mediante sus intercesiones y sus méritos gloriosos,
pueda vencer las tentaciones del mundo, del demonio y de la carne,
me haga digno de presentarme ante el supremo y eterno pastor de almas Jesucristo,
que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos,
para gozarle y amarle eternamente. Amén.