Urano, el planeta del cambio

Urano es el planeta regente de Acuario, es decir, aporta las directrices y características a este signo. Es un planeta de altos ideales, visionario y de metas a veces soñadoras.

En la mitología griega, Urano devoró a sus hijos tras haberlos sepultado de nuevo en el vientre de su madre: Gea (representa su propio inconsciente). Cronos, uno de sus hijos, con una hoz lo castró y arrojó sus genitales al mar.

Urano es casi con seguridad el planeta menos apreciado del sistema solar. Se han enviado naves espaciales a Mercurio, Marte, Venus, Saturno y Júpiter. Incluso hay una en dirección a Plutón, el planeta enano. Urano solamente ha reunido los requisitos para el equivalente planetario de un encuentro oficial cuando el Voyager 2 (sonda espacial estadounidense enviada a los planetas exteriores) pasó velozmente a su lado en su camino hacia la frontera del sistema solar en 1986.

No obstante, este planeta es uno de los más interesantes, fascinantes y verdaderamente extraños que conocemos. Representa rebelión, revolución, ingenio y la capacidad de romper con las limitaciones, y resurgir con un nuevo sentido de libertad. Propone un nuevo concepto del "Yo", anima a reinventarse, a trazar nuevos caminos y recuerda la importancia de la autenticidad.

Las personas influenciadas por la energía de Urano no temen levantarse contra lo establecido y cuestionar las corrientes tradicionalmente aceptadas. Son innovadores, inconformistas y rebeldes. A pesar de no sentir la necesidad de ser aceptados socialmente, tienen una conciencia social profunda y actúan por el bien común. La personalidad en Urano lucha por la justicia social y por los oprimidos.